Bueno, tanto si es la primera vez que se montan la espada y la cadena como si ya la habéis usado, pero no recordáis cómo se hace, os contaré los pasos a seguir.
Lo primero es quitar las tuercas que tiene la tapa del freno de la cadena.
Una vez quitadas, extraer la tapa desencajando las roscas de donde desenroscamos las tuercas y un pequeño perno que hay cerca del final de la barra de sujección.
IMPORTANTE: Si notáis que os resulta difícil quitar la tapa, comprobar que antes habéis quitado el freno de la cadena.
La siguiente imagen muestra la polea y el piñón tras quitar esta tapa.
Ahora debemos presentar la espada y, apoyándola en la polea, coger la cadena y comenzar pasándola por el piñón, encajando los dientes de tracción en los huecos correspondientes, como muestra la imagen.
Siguiendo la lógica, ahora debemos pasar la cadena por la espada a lo largo de toda la guía hasta la punta, donde encontramos otro engranaje en la que deben encajar los eslabones como muestra la siguiente imagen.
Continuamos insertando los eslabones de la cadena por la guía hasta llegar de nuevo al piñón.
Ya sólo nos queda tensar la cadena.
Fijáos en el detalle de la parte posterior de la tapa del freno de la cadena. Vemos que tiene un perno móvil en un tornillo sinfín. Esto es lo que nos va a ayudar a tensar la cadena empujando la espada hacia afuera.
Tened cuidado de que el perno entre en el agujero a la vez que encajamos la tapa en su lugar correspondiente. Si el perno está alejado de este agujero, moveremos el tornillo en la dirección adecuada para centrarlo en dicho agujero.
Colocamos las dos tuercas de la tapa sin apretar, dejando que la espada se mueva con cierta soltura y, hacemos girar el tornillo para que la espada tense la cadena hasta que queden los eslabones como en la imagen.
Apretamos un poco las tuercas y volvemos a girar el tornillo hasta que la mitad del eslabón esté insertado dentro de la guía (en este caso, hasta que sólo vea el agujerito de los dientes) y terminamos de apretar las tuercas, terminando así la operación.
Como podéis ver, no es nada difícil. Sólo hay que coger un poco de destreza, pero para eso yo ya no os puedo ayudar... Es la experiencia la que va a ayudaros.
Por último, no olvidéis parar después de un rato trabajando para revisar la tensión de la cadena. Si ésta está destensada no tronzará y corréis el riesgo de tener un grave accidente por rotura de algún eslabón.
Mi consejo es que no dejéis la espada y la cadena puestas en la motosierra. No sólo prevenís los golpes y machacones, sino que además, tener que montar y desmontar suma experiencia, ayuda a mantener la máquina limpia y nos proporciona una interacción hombre-máquina que nos reportará un mejor conocimiento de nuestra motosierra.
Por supuesto, no podía olvidar mencionar el aceite especial para cadenas.
Es el lubricante que las motosierras utilizan para lubricar los eslabones al contacto con la espada por medio de un orificio pequeño situado muy cerca de la ranura donde encajamos la espada a la motosierra.
Este agujero (o agujeros) se deben mantener limpios de serrín y polvo.
El depósito de este aceite es independiente, y el aceite no se debe mezclar con gasolina u otro aceite, ya que su único propósito es el de lubricar la cadena.